«Cuando trato estos temas, muchos se quedan callados y se muestran muy incómodos», nos cuenta una profesora.
El sexo y la sexualidad dentro de la comunidad gitana son un tema tabú, según afirma la I Encuesta Nacional a la Población Gitana. Para muchas personas gitanas, tratar la sexualidad equivale a hablar sobre relaciones sexuales, tema controvertido y poco tratado. El sector más tradicional, concibe el sexo sólo dentro del marco del matrimonio, teniendo en cuenta también que el fin de este último es tener hijos y equivale a la transición a la adultez. Debido a estos factores, es muy importante que los niños y niñas conozcan otra visión sobre la sexualidad, tratándola desde todo el abanico de posibilidades que comprende.
Los colegios e institutos constituyen uno de los factores clave en este entramado que forma la educación de los niños y niñas. Por esto, nos pusimos en contacto con Carmen Gago, profesora de Pedagogía Terapéutica y Jefa de Estudios del C.E.I.P. Arealonga en Vilagarcía de Arousa. A lo largo de su trayectoria profesional, dio clases a diversos alumnas y alumnos de etnia gitana, por lo que nos acercará un poco más a su cultura y forma de pensar.
¿En qué consiste tu labor como profesora de Pedagogía Terapéutica?
Mi labor, definiéndola de la forma más objetiva posible, consiste en ayudar a que el alumnado con Necesidades Educativas Especiales alcance el nivel de competencia curricular del curso donde están escolarizados. Además, también intento motivarles de forma individual o en grupos pequeños a que muestren interés por el aprendizaje.
¿Las alumnas y alumnos gitanos acuden normalmente a clases de P.T.? En caso afirmativo, ¿Por qué?
Si, en este caso, en su totalidad. Yo creo que, generalmente, los objetivos del alumnado de etnia gitana están marcados por dos grandes factores. El primero de ellos es la desmotivación. Muchas familias les inculcan, desde la visión más tradicional de su cultura, que su objetivo principal debe ser acabar los estudios básicos para poder trabajar, normalmente en aquello a lo que se dedica su padre en el caso de los hombres; o a lo que se dedican las madres en el caso de las mujeres, para así poder casarse y formar una familia. El otro factor más notable trata el absentismo escolar. Normalmente, el alumnado de etnia gitana falta a clase de forma constante. Esto se debe a que ayudan a su familia en sus negocios, cosa que generalmente priorizan más que las clases.
¿Notas diferencias entre los objetivos académicos que tienen las niñas y los niños gitanos?
Normalmente, las niñas muestran más interés académico. Sin embargo, se ven muy presionadas por la educación parental. Aunque no siempre es así, la visión más tradicional, que se extiende a una gran parte de las familias gitanas, les dice que ellas deben formar pronto una familia y ser madres. Una gran parte de mis alumnas no concibe el hecho de continuar con sus estudios más allá del graduado básico, no porque no tengan la inquietud o las ganas, sino porque parte de su familia las educó en otros valores. Seguramente lo hacen con la mejor intención, creen que es lo mejor para sus hijos. Profesionalmente hablando, creo que mi labor como profesora de P.T. consiste en ofrecerles y hacerlas conscientes de que existen otras formas de pensar y otros caminos; pero finalmente ellas son las que deciden.
¿Reciben algún tipo de educación sexual desde el colegio?
No, en los colegios de educación infantil y primaria no existen charlas que traten la sexualidad. A pesar de esto, algunos miembros del profesorado hablan de ella dentro de sus tutorías, pero aun así no están obligados a tratar el tema. Yo puedo hablar desde mi visión dentro del centro en el que trabajo, no sólo como profesora de P.T., sino también como Jefa de Estudios, y me consta que muchos tutores trabaja dentro del aula distintas temáticas, como la homosexualidad, la transexualidad, educación sexual en general. No puedo en nombre de todos los centros educativos, pero soy consciente de que cada vez hay más profesores y profesoras comprometidos con estos temas y lo integran a sus clases. Sin embargo, creo que aun queda mucho por avanzar en ese aspecto, impulsando leyes por parte de la Consellería de Educación que obligue a tratar temas sobre la integración y educación sexual.
Como profesora de P.T. ¿tratas estos temas con tus alumnos de forma individual?
Sí. Intento explicarles de la forma más natural posible muchos aspectos relacionados con la orientación sexual y el sexo en general. Suelo utilizar algunos cuentos infantiles y vídeos en Youtube para tratar estos temas, aunque muchos se quedan callados y se muestran tremendamente incómodos. Para poder hablar de forma natural de estos temas, necesito que se abran conmigo, así que les pregunto sobre su fin de semana aspectos extra académicos para alcanzar con ellos cierto grado de confianza. De vez en cuando, intenté abordar con algunos alumnos y alumnas cuestiones sobre métodos anticonceptivos, pero el proceso casi siempre se repite. Me escuchan en silencio y cuando les pregunto por qué dicen nada, responden: “Nosotros somos gitanos y los hijos que vengan, vinieron”.
¿Alguna de las niñas o niños gitanos a los que dabas clase intentó buscar tu ayuda o preguntarte sobre algún tema que desconociesen?
Rara vez me piden consejos, pero sí que les gustaba que les escuchase. Me cuentan sus experiencias, con sus parejas o simplemente las actividades que hicieron a lo largo del día. Me gusta que mis alumnos y alumnas puedan depositar esa confianza en mí.
¿Hay alumnos con los que empatizas más?
Siempre trato de empatizar con todos por igual, pero a veces es inevitable que te impacten más ciertas historias. Una de mis alumnas gitanas tenía una pareja en otra provincia que visitaba muy a menudo. Muchas veces me contaba qué habían hecho durante el fin de semana, y poco a poco se empezó a soltar conmigo. Percibí que había tenido sus primeras experiencias sexuales. Cuando me enteré de esto, le hablé sobre el proceso que estaba viviendo y sobre algunos de los métodos anticonceptivos para evitar lo que le pasó posteriormente.
Ella siempre asentía y sonreía, pero, en el fondo, yo sabía que probablemente no pondría en práctica lo que le explicaba. Al año siguiente, la niña no se matriculó, así que decidí preguntar el motivo a un primo suyo al que daba clase. Me contó que se había quedado embarazada y que en unos meses daría a luz. Actualmente, la veo en por la calle con dos hijos. Cuando la niña tuvo su primer hijo tenía 12 años. Obviamente, estas historias te impactan y hacen que adquieras lazos afectivos muy fuertes con alumnos.
¿Qué crees que se debería de mejorar en el sistema educativo para poder llegar más al alumnado gitano?
Creo que se debería poner en marcha ponencias para el profesorado sobre cómo tratar la sexualidad. A partir de ahí, crearía una “escuela de padres” con el fin de exponer determinados aspectos este tema desde casa: métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, orientación sexual… También pondría en marcha leyes desde la Consellería de Educación que obligase a los profesores a trabajar la sexualidad dentro de sus clases. Sin embargo, creo que lo más importante es tratarlo desde la base educacional más primaria, que en este caso son los padres. Para esto, hay que llegar a ellos a través de procesos como los que mencioné antes.
Saliendo un poco del tema colegio, existen muchas iniciativas en ONG’s como el Proyecto Arrumi o dentro de la Fundación Secretariado Gitano. Estos proyectos se dedican a mejorar la calidad de vida de la población gitana, impartiendo charlas de todo tipo y haciendo proyectos audiovisuales que nos acercan más a su cultura y costumbres.
A continuación, compartimos un vídeo donde mujeres gitanas reflexionan sobre el sistema educativo en España y sus deficiencias. Sin duda, debemos avanzar a pasos agigantados. Educación, entendimiento y diversidad cultural son algunos de los factores que debemos interiorizar para ser una sociedad más inclusiva.
Carmen Ozores / Comunicadora Audiovisual